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En una época de absolutismo encarnizado, una mujer se erigió en símbolo de la libertad. Granada, 1828. En la España que vive los últimos años del reinado
En una época de absolutismo encarnizado, una mujer se erigió en símbolo de la libertad. Granada, 1828. En la España que vive los últimos años del reinado de Fernando VII se endurece la persecución contra los liberales. Mariana de Pineda, mujer poco convencional para su época, se encuentra en el punto de mira de quien simboliza la represión política: Ramón Pedrosa. El desarrollo de los acontecimientos reuniones clandestinas, persecuciones nocturnas, en una Granada que fascina a sus visitantes, llevará a Mariana a arriesgar su vida por defender sus principios. Sus ansias de libertad la enfrentarán a todo lo que representa un monarca caprichoso y cruel. Al tiempo que nuestra protagonista conspira para que se proclame la abolida Constitución de 1812, unos asesinatos sacuden la vida de la ciudad. El agente Antonio Diéguez, a las órdenes de don Matías Marculeta, es el encargado de esclarecer unos crímenes en que las víctimas parecen penitenciados del Santo Oficio. La gente llama al asesino «el verdugo de la Inquisición».