Este sitio web utiliza cookies para mejorar su experiencia mientras navega. Las cookies que se clasifican según sea necesario se almacenan en su navegador, ya que son esenciales para el funcionamiento de las características básicas del sitio web. También utilizamos cookies de terceros que nos ayudan a analizar y comprender cómo utiliza este sitio web. Estas cookies se almacenarán en su navegador solo con su consentimiento. También tiene la opción de optar por no recibir estas cookies. Pero la exclusión voluntaria de algunas de estas cookies puede afectar su experiencia de navegación.
Imprescindibles
Las cookies necesarias son absolutamente esenciales para que el sitio web funcione correctamente. Esta categoría solo incluye cookies que garantizan funcionalidades básicas y características de seguridad del sitio web. Estas cookies no almacenan ninguna información personal.
No imprescindibles
Estas cookies pueden no ser particularmente necesarias para que el sitio web funcione y se utilizan específicamente para recopilar datos estadísticos sobre el uso del sitio web y para recopilar datos del usuario a través de análisis, anuncios y otros contenidos integrados. Activándolas nos autoriza a su uso mientras navega por nuestra página web.
NADIE ESTÁ A SALVOEs primavera en la Academia San Vladimir y se acerca la graduación. Tras haber sobrevivido a un suceso traumático, Rose no se encuentra bie
NADIE ESTÁ A SALVOEs primavera en la Academia San Vladimir y se acerca la graduación. Tras haber sobrevivido a un suceso traumático, Rose no se encuentra bien: es incapaz de concentrarse en clase, se ve asaltada por flashbacks en mitad de tareas cotidianas y tiene sueños terroríficos sobre Lissa. La extraña oscuridad que está apoderándose de su mente parece una advertencia de que algo terrible está a punto de suceder.Pero es que, además, Rose tiene un secreto aún mayor está enamorada de Dimitri. Ella sabe que está prohibido enamorarse de otro guardián. Su mejor amiga, Lissa (la última princesa Dragomir), debe ser siempre su prioridad. Desgraciadamente, cuando se trata del atractivo Dimitri Belikov, parece que algunas reglas están hechas para romperse.