Este sitio web utiliza cookies para mejorar su experiencia mientras navega. Las cookies que se clasifican según sea necesario se almacenan en su navegador, ya que son esenciales para el funcionamiento de las características básicas del sitio web. También utilizamos cookies de terceros que nos ayudan a analizar y comprender cómo utiliza este sitio web. Estas cookies se almacenarán en su navegador solo con su consentimiento. También tiene la opción de optar por no recibir estas cookies. Pero la exclusión voluntaria de algunas de estas cookies puede afectar su experiencia de navegación.
Imprescindibles
Las cookies necesarias son absolutamente esenciales para que el sitio web funcione correctamente. Esta categoría solo incluye cookies que garantizan funcionalidades básicas y características de seguridad del sitio web. Estas cookies no almacenan ninguna información personal.
No imprescindibles
Estas cookies pueden no ser particularmente necesarias para que el sitio web funcione y se utilizan específicamente para recopilar datos estadísticos sobre el uso del sitio web y para recopilar datos del usuario a través de análisis, anuncios y otros contenidos integrados. Activándolas nos autoriza a su uso mientras navega por nuestra página web.
Cuando Elec rompió conmigo, lo último que necesitaba era convertirme en vecina de alguien que me recordara a él. Damien era una versión más atractiva de mi
Cuando Elec rompió conmigo, lo último que necesitaba era convertirme en vecina de alguien que me recordara a él. Damien era una versión más atractiva de mi ex. También tenía dos perros gigantes que me mantenían despierta con sus ladridos. Él no quería tener nada que ver conmigo, o eso creía. Hasta que oí risas a través de un agujero en la pared de mi dormitorio. Damien había estado oyendo todas mis sesiones telefónicas con mi terapeuta. Ahora, el artista sexi de la puerta de al lado conocía mis secretos más profundos e inseguridades. Empezamos a hablar, y me dio consejos para superar mi ruptura. Se convirtió en un buen amigo, pero dejó claro que no iba a ser nada más. El problema era que yo me estaba enamorando de él. Y cuanto más intentaba alejarse de mí, más podía notar que él sentía lo mismo. porque el latido de su corazón no mentía. Pensaba que Elec me había roto el corazón, pero estaba equivocada: seguía muy vivo y latía con fuerza por Damien. Tan solo esperaba que no me lo rompiera para siempre.