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¡Misiones! Había salido de él creyendo no volver en muchos años. Y ahora, apenas dos transcurridos, regresaba sin que nadie, ni él mismo, lo esperara. Su v
¡Misiones! Había salido de él creyendo no volver en muchos años. Y ahora, apenas dos transcurridos, regresaba sin que nadie, ni él mismo, lo esperara. Su vista vagaba todavía por el interior de su casa. Esa era la casa suya: lo sabía él muy bien. Y lo que efectivamente se había recogido en los rincones al hacer Morán brusca luz, era el espectro de su felicidad. Por la magistral novela de Horacio Quiroga, Pasado amor, desfilan una serie de personajes apasionados que fluctúan entre el deseo y lo soñado, entre las costumbres de un mundo ya olvidado y las esperanzas de un futuro feliz, como piezas perdidas de un amargo juego. Una narración formidable, inmersa en una atmósfera penetrante y humana, y escrita con el habitual estilo de Quiroga, delicado y contundente al mismo tiempo. Acompañado por autor tan extraordinario, el lector comparte una historia de amor apasionante, en la que se intenta alcanzar ese ideal imposible, ese afán del ser humano, eterno, único y universal, de amar y ser amado.