Este sitio web utiliza cookies para mejorar su experiencia mientras navega. Las cookies que se clasifican según sea necesario se almacenan en su navegador, ya que son esenciales para el funcionamiento de las características básicas del sitio web. También utilizamos cookies de terceros que nos ayudan a analizar y comprender cómo utiliza este sitio web. Estas cookies se almacenarán en su navegador solo con su consentimiento. También tiene la opción de optar por no recibir estas cookies. Pero la exclusión voluntaria de algunas de estas cookies puede afectar su experiencia de navegación.
Imprescindibles
Las cookies necesarias son absolutamente esenciales para que el sitio web funcione correctamente. Esta categoría solo incluye cookies que garantizan funcionalidades básicas y características de seguridad del sitio web. Estas cookies no almacenan ninguna información personal.
No imprescindibles
Estas cookies pueden no ser particularmente necesarias para que el sitio web funcione y se utilizan específicamente para recopilar datos estadísticos sobre el uso del sitio web y para recopilar datos del usuario a través de análisis, anuncios y otros contenidos integrados. Activándolas nos autoriza a su uso mientras navega por nuestra página web.
Kanô, un cuidador, es colega de Mushanokôji, un enfermero, porque, además de tener la misma edad,son dos hombres en un trabajo lleno de mujeres. Un día, el
Kanô, un cuidador, es colega de Mushanokôji, un enfermero, porque, además de tener la misma edad,son dos hombres en un trabajo lleno de mujeres. Un día, el vecino de Kanô empieza a hacer reformas, y el cuidador acaba exhausto, porque trabaja de noche y durante durante el día no puede dormir. Afortunadamente, Mushanokôji le ofrece su casa para que se aloje allí la semana que duran las obras. Pero no solo le ofrece un sitio donde dormir, sino que también le hace la colada, cocina y le prepara la comida para el trabajo. Además de cuidarlo con tanta dedicación, Mushanokôji bromea con pedirle matrimonio a Kanô y este poco a poco se da cuenta de que tampoco puede evitar estar pendiente de Mushanokôji...