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Una chica sentada en un banco. El día despunta y los estragos de la fiesta de ayer aún se palpan en el ambiente. El tránsito de los que van a trabajar se mez
Una chica sentada en un banco. El día despunta y los estragos de la fiesta de ayer aún se palpan en el ambiente. El tránsito de los que van a trabajar se mezcla con el de los que vuelven a casa arrastrando la borrachera bajo los portales. De camino hacia la parada del autobús, Tallie se detiene de golpe en el bulevar. Le ha parecido reconocer a su amiga Miriam sentada en el banco con el pelo revuelto y la cara desfigurada por ríos de rímel. Solo unos días antes, los jóvenes apuraban las vacaciones en la piscina, felices y despreocupados. Y, aunque le cueste reconocerlo, Miriam sigue colgada de Jordan, pero la frustración de haber sido siempre la chica invisible, y más ahora que a él le gusta Paola, lo va a complicar todo mucho. Mira a esa chica es la historia de Miriam, de su grupo de amigos y de cómo, a veces, durante la adolescencia podemos encontrarnos con situaciones para las que nadie nos prepara. Porque... ¿se puede preparar a alguien para lo peor?