Este sitio web utiliza cookies para mejorar su experiencia mientras navega. Las cookies que se clasifican según sea necesario se almacenan en su navegador, ya que son esenciales para el funcionamiento de las características básicas del sitio web. También utilizamos cookies de terceros que nos ayudan a analizar y comprender cómo utiliza este sitio web. Estas cookies se almacenarán en su navegador solo con su consentimiento. También tiene la opción de optar por no recibir estas cookies. Pero la exclusión voluntaria de algunas de estas cookies puede afectar su experiencia de navegación.
Imprescindibles
Las cookies necesarias son absolutamente esenciales para que el sitio web funcione correctamente. Esta categoría solo incluye cookies que garantizan funcionalidades básicas y características de seguridad del sitio web. Estas cookies no almacenan ninguna información personal.
No imprescindibles
Estas cookies pueden no ser particularmente necesarias para que el sitio web funcione y se utilizan específicamente para recopilar datos estadísticos sobre el uso del sitio web y para recopilar datos del usuario a través de análisis, anuncios y otros contenidos integrados. Activándolas nos autoriza a su uso mientras navega por nuestra página web.
El fútbol nos hizo libres y diferentes en aquel recreo. El librepensamiento futbolístico se coló de tal manera en aquel patio que no hablábamos de otra cosa
El fútbol nos hizo libres y diferentes en aquel recreo. El librepensamiento futbolístico se coló de tal manera en aquel patio que no hablábamos de otra cosa que no fuera la próxima jornada. Para algunasseríamos las raras de clase, pero la realidad es que en nuestro ecosistema fuimos capaces de poner en marcha un minúsculo grupo clandestino de expertas en el noble arte del balompié. Las futboleras éramos una anomalía pero, aunque duela leerlo, las niñas de doce años entendíamos tantode fútbol como nuestros coetáneos masculinos, es decir, sabíamos muy poco y creíamos que era mucho.