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La estación soviética DOM pierde la comunicación con la Tierra y queda a la deriva en algún confín de la Vía Láctea. De los miembros de la tripulación q
La estación soviética DOM pierde la comunicación con la Tierra y queda a la deriva en algún confín de la Vía Láctea. De los miembros de la tripulación que iniciaron el viaje desde Baikonur, sólo el astrofísico Viacheslav sobrevive. El tiempo transcurre inexorable (es lo único que tiene el astronauta perdido) y la esperanza de volver a casa se desvanece. Viacheslav se aferra a la idea de regresar a su amada Unión Soviética y abrazar de nuevo a su familia, que le espera en Moscú. Pero mientras observa ese universo inexpresivo e inútil a través de las escotillas de DOM y reflexiona sobre toda una era cultural, científica y tecnológica, su patria se desintegra. Viacheslav se convierte, sin saberlo, en el último soviético. Ahora DOM es su hogar y el último bastión de la URSS. A su vez, la noticia de la desgracia espacial llega a Buenos Aires, donde se produce el encuentro de dos antiguos compañeros de escuela: Domato y Delazarre. Todo comenzó en la base espacial de Baikonur, tal vez la leyenda de Viacheslav Serguiéievich Iarinenko lo haga en la capital argentina.De Bradbury a Lem, de Asimov a Hawking, de Kafka a Borges, los referentes que maneja Adrián Desiderato en esta impactante novela son inagotables.