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Manuel Pacheco nos regala una colección de vivencias y desmitifica ambientes poco frecuentados por nuestra literatura, como el mundo de la música clásica. U
Manuel Pacheco nos regala una colección de vivencias y desmitifica ambientes poco frecuentados por nuestra literatura, como el mundo de la música clásica. Un libro genuino y revelador, lleno de inteligencia y fina ironía. «Hace poco un amigo me dijo que todavía sueña con la escolanía, con los pasillos por los que nos movíamos. Siempre que me junto con la gente de entonces las conversaciones acaban tratando sobre aquellos años, y así las historias se mantienen frescas. Creo que desde entonces he comido coliflor muy pocas veces. Le cogí manía. ¿Te acuerdas de la cubierta de bechamel? No sabíamos lo que había debajo. Veíamos las bandejas al entrar al comedor y pensábamos que eran canelones, y luego era una decepción cuando nos servían. [...] También me ocurre que hay conocidos de aquel entonces que han seguido trabajando en el mundo de la música, y cuando me topo con ellos empezamos a contar batallitas, y al final hay una red tan grande de recuerdos y anécdotas que uno no sabe dónde acaba aquella época y empiezaesta, lo que sea que esté pasando ahora». Con asombrosa facilidad para hilvanar recuerdos y reflexiones, Manuel Pacheco nos regala una colección de vivencias y desmitifica ambientes poco frecuentados por nuestra literatura, como el mundo de la música clásica y su supuesto glamour, o la educación en un internado. A través de situaciones y personajes que producen ternura e hilaridad, y mezclando con sencillez lo que se entiende por alta cultura y cultura popular, Las mejores condiciones se convierte en un libro genuino y revelador.