Este sitio web utiliza cookies para mejorar su experiencia mientras navega. Las cookies que se clasifican según sea necesario se almacenan en su navegador, ya que son esenciales para el funcionamiento de las características básicas del sitio web. También utilizamos cookies de terceros que nos ayudan a analizar y comprender cómo utiliza este sitio web. Estas cookies se almacenarán en su navegador solo con su consentimiento. También tiene la opción de optar por no recibir estas cookies. Pero la exclusión voluntaria de algunas de estas cookies puede afectar su experiencia de navegación.
Imprescindibles
Las cookies necesarias son absolutamente esenciales para que el sitio web funcione correctamente. Esta categoría solo incluye cookies que garantizan funcionalidades básicas y características de seguridad del sitio web. Estas cookies no almacenan ninguna información personal.
No imprescindibles
Estas cookies pueden no ser particularmente necesarias para que el sitio web funcione y se utilizan específicamente para recopilar datos estadísticos sobre el uso del sitio web y para recopilar datos del usuario a través de análisis, anuncios y otros contenidos integrados. Activándolas nos autoriza a su uso mientras navega por nuestra página web.
Desde Sevilla hasta Veracruz, de Acapulco a Manila o de Barcelona a Sicilia, la Armada de los Austrias españoles fue la mayor potencia naval del mundo durante
Desde Sevilla hasta Veracruz, de Acapulco a Manila o de Barcelona a Sicilia, la Armada de los Austrias españoles fue la mayor potencia naval del mundo durante casi dos siglos. Este libro analiza el sistema naval del imperio poniendo el acento en el estudio de las tripulaciones, de los barcos, de las estrategias y de las batallas. Un modelo naval global que funcionó razonablemente bien y que le permitió convertirse en una potencia hegemónica pese a la dificultad que entrañaba proteger los intereses de un vastísimo territorio. La delicada situación económica de la Monarquía Hispánica a partir del siglo xvii debilitó progresivamente los recursos de un imperio en el que solo un siglo antes se decía que «el sol no nacía ni se ponía», lo que influiría irremediablemente en la pérdida del estatus hegemónico de una de las armadas más grandes y respetadas que la historia ha visto.