Este sitio web utiliza cookies para mejorar su experiencia mientras navega. Las cookies que se clasifican según sea necesario se almacenan en su navegador, ya que son esenciales para el funcionamiento de las características básicas del sitio web. También utilizamos cookies de terceros que nos ayudan a analizar y comprender cómo utiliza este sitio web. Estas cookies se almacenarán en su navegador solo con su consentimiento. También tiene la opción de optar por no recibir estas cookies. Pero la exclusión voluntaria de algunas de estas cookies puede afectar su experiencia de navegación.
Imprescindibles
Las cookies necesarias son absolutamente esenciales para que el sitio web funcione correctamente. Esta categoría solo incluye cookies que garantizan funcionalidades básicas y características de seguridad del sitio web. Estas cookies no almacenan ninguna información personal.
No imprescindibles
Estas cookies pueden no ser particularmente necesarias para que el sitio web funcione y se utilizan específicamente para recopilar datos estadísticos sobre el uso del sitio web y para recopilar datos del usuario a través de análisis, anuncios y otros contenidos integrados. Activándolas nos autoriza a su uso mientras navega por nuestra página web.
Una saga de fantasía épica imprescindible.Richard Rahl se ha alejado mucho de sus inicios como simple guía del bosque. Emperador de D’Hara, hechicero de guerra, el Buscador de la Verdad… Ninguno de esos títulos significan tanto para él como el más reciente: marido de su querida Kahlan Amnell, Madre Confesora de la Tierra Central.Sin embargo, su día de bodas es la llave que desata un hechizo sellado mucho tiempo atrás en un país lejano. Un poder letal ha surgido y amenaza con reducir el mundo entero a unas tierras baldías y sin vida.Separado de la Espada de la Verdad y alejado de sus poderes mágicos, Richard y Kahlan deben recorrer la Tierra Central para desentramar un secreto oscuro del pasado y una trampa que podría destruirlos para siempre, pues su destino se ha entrelazado con el de la Tierra Central en sí, y no hay ningún lugar más peligroso que un mundo sin magia…