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Mario vive entre dos mundos, el terrenal y el astrológico, o para muchos, la realidad y la ficción, sin lograr con éxito desconectarse ni de uno ni de otro.
Mario vive entre dos mundos, el terrenal y el astrológico, o para muchos, la realidad y la ficción, sin lograr con éxito desconectarse ni de uno ni de otro. Este dilema lo lleva a tener miles de preguntas, muchas veces sin respuestas lógicas. Con emociones complicadas de entender, no consigue sentirse parte de nada, aunque a la vez forma parte de un todo. «una necesidad de saber, un deseo de comprender, una inclinación por investigar las motivaciones que obligaban a los humanos a vivir durante un tiempo un estado vital alejado decualquier tipo de felicidad». Atado a su estado natural, a su origen, a su naturaleza vital, se deja guiar por el Zodíaco porque como parte de este engranaje, Mario se siente una simple marioneta, aunque su eco interno le insiste en que la única ley que debe guiarlo es la propia y natural que trae escrita el destino.Y la rueda sigue girando.