Este sitio web utiliza cookies para mejorar su experiencia mientras navega. Las cookies que se clasifican según sea necesario se almacenan en su navegador, ya que son esenciales para el funcionamiento de las características básicas del sitio web. También utilizamos cookies de terceros que nos ayudan a analizar y comprender cómo utiliza este sitio web. Estas cookies se almacenarán en su navegador solo con su consentimiento. También tiene la opción de optar por no recibir estas cookies. Pero la exclusión voluntaria de algunas de estas cookies puede afectar su experiencia de navegación.
Imprescindibles
Las cookies necesarias son absolutamente esenciales para que el sitio web funcione correctamente. Esta categoría solo incluye cookies que garantizan funcionalidades básicas y características de seguridad del sitio web. Estas cookies no almacenan ninguna información personal.
No imprescindibles
Estas cookies pueden no ser particularmente necesarias para que el sitio web funcione y se utilizan específicamente para recopilar datos estadísticos sobre el uso del sitio web y para recopilar datos del usuario a través de análisis, anuncios y otros contenidos integrados. Activándolas nos autoriza a su uso mientras navega por nuestra página web.
* Imágenes inolvidables de Steve McCurry que captan de forma espléndida la humanidad de los niños, sus corazones y sus almas, que se extiende hasta los rinco
* Imágenes inolvidables de Steve McCurry que captan de forma espléndida la humanidad de los niños, sus corazones y sus almas, que se extiende hasta los rincones más recónditos de nuestro planeta. Su obra convertida en una especie de profunda e inolvidable meditación.* La eterna resiliencia de la infancia se hace notar con fuerza en las fotografías de McCurry, el cual ha captado el impulso y la capacidad de encontrar la alegría incluso en las condiciones más difíciles.* Su visión sobre la infancia es tan variada y diversa como lo son los propios niños del mundo. Pero la línea de fondo, con independencia de hacia dónde dirija la lente, es que, mientras haya infancia, hay esperanza.El imperativo del juego surge de un sinfín de maneras, como en la imagen en la que unos niños utilizan el cañón de un tanque oxidado como una especie de gimnasio en la selva, con lo que convierten un dispositivo de muerte en fuente de diversión.A estos niños no les mueve ninguna teoría ni filosofía políticas; lo único que hacen es transformar un arma temible en un juguete mediante una alquimia que, aunque es habitual en la infancia, la mayoría de nosotros perdemos al entrar en la adolescencia.