Las series de televisi¾n nos han acompa±ado siempre, formando parte de la banda sonora de nuestro dÝa a dÝa.ßCon ellas aprendimos que los malos podÝan ser muy, muy malos y que las cosas de casa se solucionaban en apenas 20 minutos y con risas enlatadas de fondo. Cada cinco a±os hay una edad de oro de las series que, por supuesto, son mucho peores que la que a nosotros nos gusta. Atrßs queda consultar en el teletexto a quÚ hora emitÝan la serie de la que todos hablaban para no ser el paria en el patio del recreo al dÝa siguiente; ahora el problema es acordarte en quÚ plataforma estß y de d¾nde vas a sacar el tiempo para ver todas las que estrenan cada semana.