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Entre los siglos III y IV de nuestra Era un cristiano de habla griega, tal vez en Egipto, reveló el secreto: Salomón, el Rey Sabio, había construído su célebre Templo con la ayuda de 60 demonios. El propio arcángel Miguel trajo para él desde los Cielos un anillo mágico, en cuya piedra preciosa se hallaba grabado el más poderoso de los Sellos: el Pentalfa. Con él logró someter a las más terribles criaturas infernales. El Testamento de Salomón es el primer tratado de demonología de la Historia. En él se descubren los verdaderos nombres de los espíritus del Submundo; las precisas enfermedades, desastres y miserias que su intervención acarrea; los ángeles que frustran semejante andanza; y varias fórmulas de conjuro o exorcismo. En las páginas de este libro - el menos conocido de los apócrifos del Antiguo Testamento, y nunca antes traducido al castellano- nos topamos con los Gobernantes de las Tinieblas. Por otra parte, las notas de pie de página descifran las relaciones ocultas con los Rollos del Mar Muerto, la biblioteca gnóstica de Nag-Hammadi y los manuscritos esotéricos que permitieron a los hechiceros y al