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La muerte de Kim Jong-il pilló al mundo por sorpresa. Sobre su sucesor, un joven de apenas treinta años y educado en el extranjero, recaían la responsabilida
La muerte de Kim Jong-il pilló al mundo por sorpresa. Sobre su sucesor, un joven de apenas treinta años y educado en el extranjero, recaían la responsabilidad de continuar el legado de la dinastía personalista de los Kim y la sombra de la duda sobre su capacidad de mando al frente de la ambiciosa cúpula del régimen de Corea del Norte.Diez años después, Kim Jong-un ha acelerado el desarrollo armamentístico y nuclear de su empobrecido país, ha creado su propia camarilla de leales purgando en muchos casos a los viejos mandos del régimen y ha transformado a Pyongyang en un escaparate de edificios altos y luces de neón. La hoja de ruta trazada por los Kim continúa con un líder que tras dar por completado el arsenal militar que garantice la supervivencia del régimen, se vuelca ahora en el resurgir económico. Una misión amenizada por propaganda a ritmo de pop y cumbres estrambóticas con su enemigo número uno: EEUU.Las periodistas Macarena Vidal y Sara Romero han sido testigos de esos cambios en sus visitas a Corea del Norte. En este libro nos relatan aspectos insólitos de la dura cotidianidad de su pueblo, del férreo control del dictador y de la vida que transcurre tras cruzar la última frontera de la Guerra Fría.