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Con la generalización del consumo, el lujo ha adquirido nuevas proporciones en nuestra sociedad. Ya no se trata de un fenómeno marginal limitado a una élite
Con la generalización del consumo, el lujo ha adquirido nuevas proporciones en nuestra sociedad. Ya no se trata de un fenómeno marginal limitado a una élite minoritaria. Se ha convertido en un sector de la economía por derecho propio. A través de las marcas, es omnipresente en el universo de la comunicación. Sin embargo, la clave de lectura habitual del fenómeno sigue siendo la que era hace ahora un siglo. El lujo continúa interpretándose en términos de luchas simbólicas entre las clases sociales, con sus estrategias de distinción y de ostentación por parte de los dominantes. Esta interpretación, ¿resulta todavía defendible? La expansión contemporánea del fenómeno obliga a reconsiderar su naturaleza: tal es la convicción que inspira este ensayo a dos voces. Gilles Lipovetsky propone un análisis histórico-social del lujo desde la perspectiva diacrónica. Elyette Roux hace una lectura mercadológica y semiótica de la situación actual. La apuesta del libro consiste en cruzar ambas perspectivas a fin de poner mejor de relieve los nuevos dispositivos del lujo, esa esfera donde cohabitan en la actualidad pasiones aristocráticas y pasiones democráticas, tradiciones e innovaciones, mitos y modas. «El lujo eterno reagrupa los principales vectores del pensamiento lipovetskiano, como el deslizamiento de lo efímero, la moda como quintaesencia del consumo, la relación privilegiada de la mujer con la voluptuosidad de los sentidos estéticos» (Iury Lech, El País).