Este sitio web utiliza cookies para mejorar su experiencia mientras navega. Las cookies que se clasifican según sea necesario se almacenan en su navegador, ya que son esenciales para el funcionamiento de las características básicas del sitio web. También utilizamos cookies de terceros que nos ayudan a analizar y comprender cómo utiliza este sitio web. Estas cookies se almacenarán en su navegador solo con su consentimiento. También tiene la opción de optar por no recibir estas cookies. Pero la exclusión voluntaria de algunas de estas cookies puede afectar su experiencia de navegación.
Imprescindibles
Las cookies necesarias son absolutamente esenciales para que el sitio web funcione correctamente. Esta categoría solo incluye cookies que garantizan funcionalidades básicas y características de seguridad del sitio web. Estas cookies no almacenan ninguna información personal.
No imprescindibles
Estas cookies pueden no ser particularmente necesarias para que el sitio web funcione y se utilizan específicamente para recopilar datos estadísticos sobre el uso del sitio web y para recopilar datos del usuario a través de análisis, anuncios y otros contenidos integrados. Activándolas nos autoriza a su uso mientras navega por nuestra página web.
Consideraciones postsoviéticas no se centra en el actual conflicto ruso-ucraniano. Sólo se refiere a él en su contexto. Al atacar a Ucrania, ¿no estuvo Vladimir Putin intoxicado, incluso manipulado por el geopolitólogo estadounidense Zbigniew Brzezinski? En su notable ensayo de 1997, El gran tablero mundial, el eminente miembro de la Comisión Trilateral y defensor desde los años 1970 de la cibernética electrónica de vigilancia masiva (la Era Tecnotrónica) consideraba el territorio ucraniano como uno de los principales pivotes de la geopolítica en el área euroasiática. La independencia de Ucrania cambia la naturaleza misma del Estado ruso, escribe. Sin Ucrania, Rusia deja de ser un imperio en Eurasia. E incluso si intentara recuperar ese estatus, el centro de gravedad se desplazaría y este imperio esencialmente asiático estaría condenado a la debilidad, arrastrado a conflictos permanentes con sus inquietos vasallos en Asia Central.