Este sitio web utiliza cookies para mejorar su experiencia mientras navega. Las cookies que se clasifican según sea necesario se almacenan en su navegador, ya que son esenciales para el funcionamiento de las características básicas del sitio web. También utilizamos cookies de terceros que nos ayudan a analizar y comprender cómo utiliza este sitio web. Estas cookies se almacenarán en su navegador solo con su consentimiento. También tiene la opción de optar por no recibir estas cookies. Pero la exclusión voluntaria de algunas de estas cookies puede afectar su experiencia de navegación.
Imprescindibles
Las cookies necesarias son absolutamente esenciales para que el sitio web funcione correctamente. Esta categoría solo incluye cookies que garantizan funcionalidades básicas y características de seguridad del sitio web. Estas cookies no almacenan ninguna información personal.
No imprescindibles
Estas cookies pueden no ser particularmente necesarias para que el sitio web funcione y se utilizan específicamente para recopilar datos estadísticos sobre el uso del sitio web y para recopilar datos del usuario a través de análisis, anuncios y otros contenidos integrados. Activándolas nos autoriza a su uso mientras navega por nuestra página web.
Julia es una chica sueca que vive sola con su gato en Viena. Es demasiado joven para ser una loca de los gatos, pero tal vez demasiado mayor para ser soltera y
Julia es una chica sueca que vive sola con su gato en Viena. Es demasiado joven para ser una loca de los gatos, pero tal vez demasiado mayor para ser soltera y aferrarse a un tipo de trabajo que no la lleva a ninguna parte. Trabaja como profesora de inglés en una academia de idiomas Berlitz, pero sueña con convertirse en escritora y en entablar amistad con su famosa vecina, Elfriede Jelinek. Evita sorpresas y se conforma con la vida sin contratiempos que lleva. Para matar el tiempo, participa en encuestas de marketing, se hace examinar el oído, va al cine y reorganiza su librería. Tomar copas con su amiga-enemiga Leonore forma también parte de su rutina, así como tener citas con algunos de los hombres menos prometedores de Viena.Un día, mientras está sentada en un banco, empieza a hablar con ella un vagabundo sucio y apestoso. Cuando Julia decide irse, él declara que volverán a verse en el mismo banco a las siete de la tarde del sábado. «Una cita con un vagabundo: ¿es a eso a lo que he llegado? ¿Tan desesperada estoy?», se pregunta Julia, pero, sorprendiéndose a sí misma, el sábado siguiente se presenta en el banco porque le resulta imposible dejar de pensar en aquel hombre. Julia y vagabundo -que se llama Ben- pasan varias horas juntos y ella acaba descubriendo que le gusta. Y mucho.¿Es posible que el Príncipe Azul sea un vagabundo?