Este sitio web utiliza cookies para mejorar su experiencia mientras navega. Las cookies que se clasifican según sea necesario se almacenan en su navegador, ya que son esenciales para el funcionamiento de las características básicas del sitio web. También utilizamos cookies de terceros que nos ayudan a analizar y comprender cómo utiliza este sitio web. Estas cookies se almacenarán en su navegador solo con su consentimiento. También tiene la opción de optar por no recibir estas cookies. Pero la exclusión voluntaria de algunas de estas cookies puede afectar su experiencia de navegación.
Imprescindibles
Las cookies necesarias son absolutamente esenciales para que el sitio web funcione correctamente. Esta categoría solo incluye cookies que garantizan funcionalidades básicas y características de seguridad del sitio web. Estas cookies no almacenan ninguna información personal.
No imprescindibles
Estas cookies pueden no ser particularmente necesarias para que el sitio web funcione y se utilizan específicamente para recopilar datos estadísticos sobre el uso del sitio web y para recopilar datos del usuario a través de análisis, anuncios y otros contenidos integrados. Activándolas nos autoriza a su uso mientras navega por nuestra página web.
Me decidí a escribir sobre el curioso y fatal don Manuel por dar a conocer muchas de sus circunstancias, prácticamente todas desconocidas para la gran mayorí
Me decidí a escribir sobre el curioso y fatal don Manuel por dar a conocer muchas de sus circunstancias, prácticamente todas desconocidas para la gran mayoría del público. Era un niño pijo y rico que había conseguido arruinar a su familia, naturalmente antes de entrar en política, y que salió millonario de su último cargo.Durante su reinado batió todos los récords de muertos de hambre, paro, ruina y asesinatos (de políticos, de militares, de policías asesinados por obreros, de obreros por obreros de otros sindicatos y, como premio extraordinario, del jefe de la oposición) y, como perla final, nos ofreció la más terrible guerra civil de nuestra querida España, tan acostumbrada a guerras civiles terribles.Ruego que si miento en algo de lo que escribo, me lo rebatan, pero naturalmente bien documentado y no con las batallitas habituales del Rebaño.