Este sitio web utiliza cookies para mejorar su experiencia mientras navega. Las cookies que se clasifican según sea necesario se almacenan en su navegador, ya que son esenciales para el funcionamiento de las características básicas del sitio web. También utilizamos cookies de terceros que nos ayudan a analizar y comprender cómo utiliza este sitio web. Estas cookies se almacenarán en su navegador solo con su consentimiento. También tiene la opción de optar por no recibir estas cookies. Pero la exclusión voluntaria de algunas de estas cookies puede afectar su experiencia de navegación.
Imprescindibles
Las cookies necesarias son absolutamente esenciales para que el sitio web funcione correctamente. Esta categoría solo incluye cookies que garantizan funcionalidades básicas y características de seguridad del sitio web. Estas cookies no almacenan ninguna información personal.
No imprescindibles
Estas cookies pueden no ser particularmente necesarias para que el sitio web funcione y se utilizan específicamente para recopilar datos estadísticos sobre el uso del sitio web y para recopilar datos del usuario a través de análisis, anuncios y otros contenidos integrados. Activándolas nos autoriza a su uso mientras navega por nuestra página web.
La reconocida psicóloga y psicoterapeuta Milena González (@unamamapsicologa_) nos ofrece una guía práctica para gestionar rabietas y conflictos según el temperamento único de cada niño.Las rabietas parecen un campo de batalla que todo padre y madre teme afrontar, pero en realidad son normales, esperadas y hasta necesarias para el desarrollo de los niños. Milena González, reconocida psicóloga y psicoterapeuta con más de quince años de experiencia y mamá de tres hijos, nos ofrece explicaciones tranquilizadoras y herramientas para transformar los conflictos diarios en momentos de aprendizaje.Con un enfoque práctico y basado en la evidencia, Milena nos guía a través de los nueve rasgos que condicionan el temperamento único de cada niño y presenta un marco para brindar respuestas constructivas y adecuadas a su manera de reaccionar ante el mundo. La clave es entender ese temperamento no como una etiqueta limitante, sino como una habilidad que nos ayudará a ver a nuestro hijo más allá de conductas que lo encasillan como «malo» o «difícil». Esto resultará fundamental no solo para abordar las rabietas, sino también para entendernos mejor, plantear expectativas de crianza realistas y superar los obstáculos del día a día de manera más consciente y respetuosa.