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Recién destinado a la Unidad de Homicidios de la Policía Metropolitana de Tokio, el inspector Kosuke Iwata se hace cargo de un caso tan desconcertante como c
Recién destinado a la Unidad de Homicidios de la Policía Metropolitana de Tokio, el inspector Kosuke Iwata se hace cargo de un caso tan desconcertante como complejo: una familia de cuatro miembros ha sido asesinada en su propia casa por alguien que ha dejado deliberadamente unas cuantas pistas para los investigadores, antes de marcharse con toda tranquilidad unas horas más tarde a plena luz del día. Iwata, que cuenta con la ayuda de la inspectora Sakai, no deja de preguntarse qué ocurrió en la vida de esa familia en apariencia feliz para acabar de un modo tan trágico y qué llevó al anterior investigador del caso a suicidarse desde el emblemático Puente del Arcoíris al poco de empezar las pesquisas. En el escenario del crimen, la única pista que Iwata y Sakai encuentran es el dibujo de un escalofriante sol negro grabado en el techo de la habitación. El inspector aún no ha podido desentrañar el significado de ese dibujo, pero el mensaje del asesino está muy claro: «Estoy aquí. No he terminado.» Convencido de que la búsqueda del autor del crimen no ha hecho más que empezar, que hay mucho más detrás de