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A finales del siglo XIX, cuando Japón se abría al mundo tras siglos de aislamiento abrazando con entusiasmo la modernización y la industrialización, un jove
A finales del siglo XIX, cuando Japón se abría al mundo tras siglos de aislamiento abrazando con entusiasmo la modernización y la industrialización, un joven artista llamado Ogata Gekko de formación autodidacta revolucionó el panorama artístico japonés creando un nuevo estilo de grabado ukiyo-e que sintonizaba con los gustos de quienes miraban con nostalgia cómo el Japón tradicional desaparecía en la vorágine de cambios provocada por la apertura del país a Occidente. La serie Gekko Zuihitsu (Ensayos de Gekko), que comenzó a publicarse en 1887, está formada por cuarenta y siete estampas de gran calidad, una por cada letra del alfabeto japonés, que retratan dioses, dragones, emperadores, princesas, poetas, samuráis, monjes y un amplio repertorio de personajes y tradiciones niponas. Esta obra supuso toda una declaración de principios sobre la necesidad de recuperar los valores clásicos de la cultura japonesa, sus mitos y sus leyendas.