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Setenta días de infierno», pero también de heroísmo continuado. Ser héroe en un momento de arrebato, dentro de lo difícil, es fácil, porque los reactivos
Setenta días de infierno», pero también de heroísmo continuado. Ser héroe en un momento de arrebato, dentro de lo difícil, es fácil, porque los reactivos pasionales, aunque sean pasajeros, coadyuvan y favorecen el estado emocional que ese instante de heroísmo precisa. Pero ser héroes en colectividad, durante setenta largos días en que el enemigo puede utilizar todas las armas, incluso las psicológicas, para dejar inerme la voluntad de resistencia, es tanto como llevar el heroísmo a su más alta y definitiva eje- cutoria. Cuando, por añadidura, el heroísmo se produce, sublimándose, al servicio de unos ideales sagrados, de cuya supervivencia depende el futuro de la Patria, entonces se produce una conmoción universal, una situación comunitaria de respeto y de admi- ración, un respiro hondamente humano de confianza en ese futuro tan desgarradora y varonilmente defendido.